Tenía 67 años y cruzó un sendero de más de 3,000 kilómetros sin avisar a su familia

Tenía 23 nietos y fue la primera mujer en cruzar el sendero de los Montes Apalaches; su historia inspiró a otras a llevar adelante aquellos desafíos que no creían posibles de realizar

Hay una escena de la película Forrest Gump en la que el personaje interpretado por Tom Hanks cruza Estados Unidos corriendo. Le crece la barba, se le desgasta la ropa y los medios lo siguen como a una estrella (y sus amigos y familiares se enteran de la hazaña por dichas coberturas). Esta pequeña parte del clásico del cine pudo haber estado inspirado en Emma “Abuela” Gatewood, una mujer de 67 años que, sin avisarle a su familia, un día se lanzó sola a caminar el sendero que cruza los Montes Apalaches, es decir, más de 3000 kilómetros. Tal como revela el sitio del Appalachain Mountain Club, sus hijos se enteraron de lo que Gatewood estaba haciendo por los medios, porque enviaban periodistas a entrevistarla en los senderos, al igual que como lo muestra la película protagonizada por Tom Hanks.

Las caminatas de Emma: un refugio en el exterior

Emma Gatewood sufría de tortura física y psicológica por parte de su marido. Las discusiones eran tan violentas que cada vez que la pelea terminaba, Emma salía de la casa y caminaba a la deriva por un bosque que había detrás de su terreno. “Creo que no lo hacía para ir a algún lado, sino más bien para escapar de la casa”, comentó alguna vez su pareja, según el sitio del Appalachain Mountain Club.

Con sus hijos ya mayores y algunos nietos, Gatewood se divorció y se fue a vivir sola. Un día se topó con un artículo que narraba la historia de Eric Shaffer, el primer hombre en realizar la caminata de 3000 kilómetros a través de los Montes Apalaches. Lo que llamó la atención de Emma fue que el texto mencionaba que ninguna mujer había completado el sendero. La historia no solo le pareció curiosa, sino que le presentó un desafío; tal como su hija repitió en el obituario, Emma se dijo a sí misma: “Si esos hombres pudieron hacerlo, yo también lo voy a lograr”.

Emma Gatewood, que caminaba siempre en zapatillas comunes, cargaba con una mochila con una sábana, una cortina de baño y algunas pocas provisiones más. Getty Images

Sin carpa ni mapas: “Salí a caminar un rato”

Emma no era una atleta, ni mucho menos, simplemente “trabajaba duro”, como llegó a recordar una de sus hijas en una entrevista. Cuando empezó a recorrer algunas partes del terreno que hace al sendero de los Montes Apalaches ya había pasado los 65 años. Su primer intento por cruzar este sendero fue en 1953, pero terminó en un desastre: se cayó, se rompió los anteojos y se perdió. Según señala el sitio de la organización American Trails, la rescataron unos guardabosques y la llevaron a su casa, desalentándola del desafío. Esto hizo que ella decidiera no hablar con nadie de su proyecto ni de su primer fracaso.

Como no quería que le dijeran que era una mala idea llevar adelante el desafío, porque era una mujer mayor y los peligros eran innumerables, continuó los siguientes meses y años sin decirle a nadie qué es lo que tenía planeado o qué es lo que hacía, y si alguien le preguntaba, “Abuela” solamente afirmaba que “salía a caminar un rato”.

Pasó dos años preparándose para volver a hacerlo. Lo primero que determinó fue que comenzaría su travesía desde el estado de Georgia, para evitar a los guardabosques. Además, se sirvió de algunos conocimientos elementales de supervivencia (como determinar qué vegetales del suelo eran sanos y cuáles no) y se preparó una mochila con una sábana y una cortina de baño y algunas mínimas provisiones (zapatillas extra, una cantimplora, un botiquín mínimo y demás), pero no llevó bolsa de dormir, carpa, brújula ni mapa, sino que, para todos esos usos, se serviría de la ayuda de los forasteros que vivían cerca de los senderos, o de sí misma.

Para 1955, a sus 67 años, ya estaba lista para volver a intentarlo y así hizo, tal como señala el sitio Grandma Gatewood.

Emma Gatewood fue pionera en el «senderismo ultraligero»

Cruzar los Montes Apalaches y dormir entre hojas

La travesía empezó en mayo y con un ritmo que, según una tropa de Boy Scouts, era difícil de seguir. Gatewood pareció ser la excepción a lo que muchos dirían que es imposible: a sus casi setenta años salió a dar su “paseo” de 146 días, caminando en promedio 22,5 kilómetros por día, lo que significaba recorrer los senderos desde el amanecer hasta la noche.

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