Estudiantes de la Universidad de Washington han dado un paso innovador en la mejora de la comunicación entre personas con discapacidad auditiva y oyentes al crear unos guantes inteligentes capaces de traducir el lenguaje de señas al lenguaje verbal.
Estos guantes, llamados SignAloud, podrían transformar la forma en que las personas sordas se comunican en diversas situaciones cotidianas.
Sensores avanzados y traducción precisa
Los inventores de SignAloud, Navid Azodi y Thomas Pryor, han equipado los guantes con sensores avanzados que detectan los movimientos y posiciones de las manos del usuario.
Estos sensores recopilan datos sobre la orientación y posición de las manos, así como los movimientos específicos realizados al gesticular en lenguaje de signos.
Los datos recopilados se envían de manera inalámbrica a una computadora que utiliza algoritmos de aprendizaje automático para traducir los gestos a texto o lenguaje verbal en tiempo real.
El sistema está diseñado para reconocer una amplia variedad de gestos y combinaciones, lo que permite una traducción precisa y fluida del lenguaje de señas.
Aplicaciones prácticas en el ámbito educativo y laboral
De acuerdo a Infobae, el potencial de SignAloud para integrarse en diversas situaciones cotidianas es uno de sus aspectos más destacados.
En el ámbito educativo, un estudiante sordo podría utilizar estos guantes para participar más activamente en clases y discusiones, traduciendo sus señas en tiempo real para que el resto de los alumnos y profesores puedan comprenderlos.
De igual manera, en el entorno laboral, los empleados con dificultades auditivas podrían comunicarse más eficazmente con sus compañeros y supervisores, eliminando barreras y promoviendo una mayor inclusión.
Desafíos y reconocimiento
A pesar de sus capacidades, SignAloud enfrenta varios desafíos. Uno de los principales retos es desarrollar un sistema que pueda reconocer y traducir correctamente la diversidad de signos y dialectos del lenguaje de señas.
Además, cada región y comunidad tiene variaciones en su uso del lenguaje de señas, lo que requiere que el sistema sea adaptable y capaz de aprender continuamente.