La aviación comercial alcanzará nuevas alturas en dos años; una empresa australiana lanzará el vuelo más extenso del mundo entre Sídney y Nueva York.
Un ambicioso proyecto de la aerolínea Qantas, la más grande de Australia, promete revolucionar los viajes aéreos. En 2026, está programado el lanzamiento del vuelo comercial más extenso del mundo, que conectará Sídney, Australia, con Nueva York, Estados Unidos.
Este trayecto, que tendrá una duración aproximada de 22 horas, marcará un hito al permitir a los pasajeros experimentar un fenómeno único: presenciar el amanecer en dos ocasiones durante el viaje.
Proyecto Sunrise: un sueño que se hace realidad
La iniciativa, bautizada como Proyecto Sunrise, surge tras los desafíos financieros que enfrentó la compañía debido a las restricciones por la pandemia de covid-19.
Según informó el medio británico Metro, este plan ha sido una meta de Qantas desde 2017, año en el que comenzó a colaborar con Boeing y Airbus para diseñar un avión que cumpliera con las exigencias de un vuelo sin escalas. Finalmente, Airbus obtuvo el contrato para desarrollar 12 aeronaves A350-1000 de ultra largo alcance.
El inicio del proyecto estaba previsto para 2022, pero sufrió retrasos significativos debido a la crisis sanitaria global. Ahora, el vuelo emblemático estará listo en 2026, con un 40 por ciento de las cabinas dedicadas a clases Premium. Estos espacios ofrecerán seis suites de primera clase, 52 suites Business y 40 asientos Premium Economy, mientras que el resto se destinará a 140 asientos de clase Economy y un área de recreación.
Los pasajeros en las suites de primera clase disfrutarán de comodidades excepcionales, incluyendo una cama, un sillón reclinable, un espacio de trabajo para una o dos personas y un armario. También contarán con un televisor de 32 pulgadas con capacidad Bluetooth, iluminación LED y un respaldo ajustable para desayunar cómodamente en la cama.
Contraste: el vuelo más corto del mundo
En el otro extremo del espectro, el vuelo comercial más breve del mundo se realiza en Escocia, entre las islas de Westray y Papa Westray. Operado por Longanair, el trayecto tiene una duración promedio de 80 segundos y, en condiciones ideales, puede completarse en solo 53 segundos. Con una distancia de 2,7 kilómetros, esta ruta fue inaugurada en 1967 y es reconocida por los Guinness World Records.
La pequeña aeronave utilizada, una Britten-Norman Islander, solo transporta a ocho pasajeros y se asemeja más a un “minibús aéreo”. “Los aviones que vuelan a estas islas son bastante pequeños, ¡es como subir a un minibús! No se puede llevar equipaje de mano a bordo, todo tiene que ir en el maletero”, explicó el tiktoker Noel Phillips.
Un servicio clave para comunidades isleñas
Además de su corta duración, este vuelo es esencial para los habitantes locales, quienes lo usan para conectarse con áreas más pobladas. Según The Scotsman, “los vuelos están subvencionados por el Gobierno escocés como Obligaciones de Servicio Público (PSO)”, debido a que el único transporte alternativo, un ferry de 20 minutos, suele enfrentar interrupciones por aguas turbulentas.
El costo de este vuelo varía según la temporada, con tarifas que rondan las 14,50 libras (alrededor de $17 dólares). Los residentes permanentes en ciertas zonas tienen derecho a descuentos, y los turistas también pueden acceder a tarifas especiales.
Mientras Qantas prepara el inicio del vuelo más largo del mundo, estos contrastes en la aviación demuestran cómo la tecnología y la innovación buscan satisfacer necesidades únicas, desde la comodidad de un viaje de lujo hasta la practicidad de conectar comunidades remotas.