En un comunicado publicado en sus redes sociales, el arzobispo italiano Carlo Maria Viganò, conocido por su postura crítica hacia el papa Francisco, anunció que no se presentará ante el Dicasterio de la Doctrina de Fe, argumentando que no reconoce su autoridad.
Viganò, de 83 años y representante del sector más conservador de la Iglesia católica, ha mantenido una postura confrontativa con el papa Francisco en los últimos años.
En 2018, lo acusó públicamente de encubrir los abusos sexuales del cardenal Theodore McCarrick, llegando incluso a pedir su renuncia.
La Santa Sede ha acusado a Viganò de «cisma» debido a sus afirmaciones públicas que niegan elementos fundamentales para mantener la comunión con la Iglesia católica, como la legitimidad del papa Francisco y el rechazo del Concilio Vaticano II.
El cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, que dirige el Dicasterio de la Doctrina de la Fe, citó a Viganò como «imputado» y le advirtió que, si no se presentaba antes del 28 de junio, lo juzgarían en ausencia.
En respuesta a estas acusaciones, Viganò ha calificado el Concilio Vaticano II como un «cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico» y ha criticado abiertamente la gestión de la Iglesia bajo el pontificado de Francisco, al que ha llegado a denominar «herético» y «tirano».
El secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, lamentó el caso y reconoció la labor pasada de Viganò como nuncio apostólico, mostrando sorpresa por su reciente actitud desafiante.
Este enfrentamiento entre Viganò y la Santa Sede pone de manifiesto las tensiones existentes en el seno de la Iglesia católica y plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones entre el arzobispo y el Vaticano.