En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce, con estas instrucciones: “a lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca! Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar. No lleven oro, plata o monedas en el cinturón.
Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento. En todo pueblo o aldea en que entren, busquen alguna persona que valga, y quédense en su casa hasta que se vayan.
Al entrar en la casa, deséenle la paz. Si esta familia la merece, recibirá vuestra paz; y si no la merece, la bendición volverá a ustedes. Y si en algún lugar no los reciben ni escuchan sus palabras, salgan de esa familia o de esa ciudad, sacudiendo el polvo de los pies. Yo les aseguro que esa ciudad, en el día del juicio, será tratada con mayor rigor que Sodoma y Gomorra.
Reflexión del Evangelio
La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Benito Abad, quien nació en Nursia Italia, cerca de Roma, en el año 480, y murió en Lacio, el 21 de marzo del año 543, durante la Ceremonia del Jueves Santo.
En 1980 el Santo Padre Juan Pablo II lo nombró Patrono de toda Europa, en el XV Centenario de su nacimiento, porque ha sido el santo que más influencia ha tenido en ese continente, por medio de la Comunidad religiosa que fundó, y por medio de sus maravillosos escritos y sabias enseñanzas.
La liturgia del día medita los textos: Os 11,1b-4.8c-9; Sal 79; y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, según San Mateo capítulo 10, del verso 7 al 15. En el que en el que se narra las instrucciones precisas que JESÚS, da a sus Doce Apóstoles, recién instituido.
El evangelista Mateo continuando con el discurso de ayer nos describe fehacientemente la forma, el estilo y el criterio fundamental del actuar misionero.
Vida y enseñanza de Jesús
De acuerdo al relato del Evangelio, la vida y la misión de la Iglesia se fundamenta en la vida y enseñanza que JESÚS, Transmitió a los Apóstoles. De allí la importancia de recordar el envío misionero que JESÚS, hizo a los Apóstoles, junto con las instrucciones, donde les manifiesta las prioridades que deben tener.
La primera tarea de los Misioneros, es la predicación del Reino de DIOS, que se ha Encarnado en el mundo, tarea que es enriquecida con el mandato de atender a las poblaciones más necesitadas de la Misericordia de DIOS: los pobres de espíritu, los marginados, los enfermos, los presos, etc.
Por su parte, la segunda tarea es tener claro que la Gracia que se ha recibido gratis, hay que trasmitirla gratuitamente. Por eso es que no solamente es que no se debe cobrar, sino que todo misionero debe de abandonarse en las Manos del PADRE, Quien provee su sustento.
Mientras que la tercera tarea es saber que un mundo cargado de violencia, el misionero tiene que ser portador de la Paz de DIOS y es lo que esencialmente debe de transmitir y todos aquellos que no quieran recibirla, se quedarán sin un Puesto en el Banquete de la Vida y serán tratados con el gran rigor de los condenados.
Cristiano es ser misionero
Al confrontarnos con el texto vemos que, ser cristiano es ser misionero, porque cada uno de los que nos llamamos seguidores de JESÚS, hemos de saber que, para poder configurarnos con Él, tenemos que observar sus enseñanzas y mandamientos, cuya prioridad están dirigidas a todos los seres humanos que poblamos la tierra, con el Ser y el Hacer de Él mismo: la del Servicio Misericordioso, para que todos podamos entender que DIOS camina con nosotros y que quiere que todos disfrutemos equitativamente las bondades de toda Su Creación.
Por eso es que la Iglesia, comunidad viva, animada por el Espíritu Santo, necesita cada vez más de cristianos comprometidos que estemos dispuestos a asumir un estilo de vida tal como la asumió nuestro Maestro JESÚS, y la que posteriormente asumieron los Apóstoles, predicando el Evangelio con nuestro testimonio y llevando la Misericordia y la PAZ de JESÚS a todos nuestros semejantes.
De allí que hoy sea el día, para preguntarnos: ¿Estoy dispuesto a asumir la Radicalidad del Evangelio, o quiero ser cristianos de caricatura, de apariencia donde mi egoísmo y mi indiferencia puedan más que el llamado que DIOS me está haciendo constantemente?
Señor JESÚS, infunde en el corazón y la mente de cada uno de los que nos llamamos tus seguidores, Tu Espíritu de Misericordia, para que nuestras palabras y especialmente nuestro testimonio, transformen al mundo de acuerdo a Tus Enseñanzas.
Amén.